Pues finalmente hoy se dio el inició de uno de los eventos más esperados por la mayoría de la población mundial (junto con el Apocalypsis y el Tour Reunión de Led Zeppelin): Las Olimpiadas.
Así es queridos lectores imaginarios, aunque en muy humilde y considerable opinión verso que no estoy de acuerdo con esta clase de eventos.
Ya sé que soy una amargada, pero tengo mis razones. Creo que los juegos olímpicos nunca han sido la manera de unir a los pueblos de mundo como nos lo han dicho, en realidad creo que es sólo un producto más, de esos desechables y reutilizables que se usan para distraer a la gente un rato de todas las desgracias de nuestro mundito de locos.
Para mí las Olimpiadas no significan NADA. Así es...odiénme querido público imaginario, por ser una blasfema que osa desacreditar a ese maravilloso evento.
Pero hey, no siempre pensé así...alguna vez, en alguna parte de mi corta existencia yo también tuve esa ilusión de seguir día a día cada uno de los eventos deportivos, de coleccionar todas esas madrecitas que salen...como tazos, estampas, que el vaso de la Coca Cola, la pinche playera oficial...EL LADO OSCURO DE LAS OLIMPIADAS: la parte comercial.
Y pues es que en días como estos, ustedes se preguntaras ¿Qué chingaos no tiene una parte comercial?
Pues sí, cuanta razón...pero algo que en verdad me molesta es que se use la mercadotécnia y nos llenen nuestras casas con mentiras para encubrir un hecho que es de lo más real, y si embargo ya nadie esta pelando: El Tíbet.
No mamen, todavía que los chinos reclaman eso como su propiedad, tienen el descaro de decir "Ya pelaste gallo wey, o dejas de ser budista o te carga el payaso"
Honestamente ¿Cómo pueden celebrar un evento sin relevancia alguna habiendo algo así frente a tus narices?
Sólo espero que estos Juegos Olímpicos no resulten como el desafortunado evento ocurrido aquí en México en 1968 en la Plaza de Las Tres Culturas.


Ahora...tratando de amenizar un poco mi primer post...les dejó una imagen de porque SI vale la pena ver las Olimpiadas:



;)