Mientras yo me fijaba en esto, la lluvia se desató y transformó la apacible noche en aquello que parecía un pagano ritual.
En unos segundos percibí al árbol danza aún más salvajemente, agitado por los "amantes" si es que así se les puede llamar. Y de estos pareció brotar un tercero que se posó en la copa imponente, y ahí supe...pude percibir que me estaban mirando, que sabían que los observaba.
Un gigantezco resplandor embriagó el cielo, provocándome un escalofrío que recorrió mi columna, mientras me hipnotizaba un poco más con la visión.
Y en cosa de segundos lo que parecía una violación, aunque no me gusta llamarlo así pues era demasido bello y cautivador, cesó.
El árbol detuvo su violento baile y permaneció inmóvil, totalmente inerte mientras los demás se movía de forma perturbadora, anunciandome que el ritual llegaba a su clímax.
Pero cuando volví la mirada, me di cuenta que ya no estaba ahí la pareja, luchando por bailar y hacer el amor en la copa de un árbol maldito debajo de la tormenta.
Quería proseguir mi lectura pero antes de hacerlo, quise asegurarme, no sé de que, pero de cualquier forma me asóme por la ventana, segura de que todo había sido producto de mi fértil imaginación cuando algo ví...alguien...afuera, sobre uno de los techos que tapizaban mi vista citadina, a no más de 10 metros de distancia...estaba ahí, vigílandome, pero llegó el momento en que aparto la mirada de mí y se fue.
Esas siluetas en la húmeda noche desaparecieron, pero algo seguía en ese árbol, algo me observaba fijamente, vigilaba mis movimientos, sin embargo nunca he vuelto a cerrar mis persianas durante la noche...aún teniéndolo en mi poder, con toda la capacidad y seguridad de que algo me observa desde ese árbol...no cierro las persianas para evitar la íncomoda mirada.
Ahí sigue...y tengo el mal presentimiento de nunca se irá.

                                                                                                                                                   FESH